Loca Academia de Policía
Hemos sabido estos días por las noticias aparecidas en el diario ABC de Córdoba que dos policías municipales adscritos a la Unidad de Disciplina Urbanística se estaban construyendo un chalé ilegal en la urbanización de Torreblanca. En el momento de escribir estas líneas no se ha concluido la investigación ni acerca de la vivienda ni sobre la relación de los policías con un alto cargo de la Gerencia de Urbanismo. Ya había otro policía municipal que había realizado algo semejante. El nombre de su esposa aparece en la denuncia aunque el titular de la vivienda es el agente. Organizaciones ecologistas dicen que hay más casos.
Por supuesto, el diario ABC se ha lanzado a la yugular del equipo de gobierno municipal de una manera precipitada, puesto que no sólo sortea con vehemencia la presunción de inocencia sino que ignora deliberadamente el carácter de servicio público de estos policías municipales, cuyas intenciones son evidentes para cualquiera que no tenga el espíritu emponzoñado por el odio partidista.
La adscripción de los agentes a la Unidad de Disciplina Urbanística y en concreto a la Línea Verde -un servicio que recibe las denuncias ciudadanas sobre medio ambiente, incluidas algunas relacionadas con parcelas ilegales- no es baladí. Tanto el diario ABC como aquellos que por rencor o un carácter ultraconservador observan en estos sucesos una falta grave, harían bien en aclarar una mirada miope, astigmática y cansada por el rencor acumulado en torno a un iris y a una retina que se pueden calificar como malintencionados en esta especie de metáfora que estamos utilizando para describir unas acusaciones, permítannos decirlo, algo fascistas.
Estos policías municipales de Córdoba que están siendo acusados injustificadamente han cometido una falta, de acuerdo, pero esa falta procede del exceso de celo, de llevar su cometido más allá de lo habitual por su vocación de beneficio al ciudadano.
Con la construcción de chalés en ese tipo de lugares, los policías logran desarrollar un cordón que protege la zona. En efecto, las casas de los agentes crean una verdadera línea verde que impide que allí edifique una persona con aviesas intenciones. Así evitan que otros ocupen un espacio previamente ocupado por ellos: se trata de un sacrificio. ¿Quién en su sano juicio se haría un chalé en las afueras? Sí, es más barato y espacioso, pero suele contener muchos más problemas que ventajas. En los días estivales no ha concluido su canto la cigarra cuando la sustituye el grillo. Los mosquitos y tábanos apenas se han ido cuando llegan las lluvias o las hojas de los árboles que obstruyen la fosa séptica. El cloro de la piscina enrojece los ojos y la intensidad de los rayos ultravioleta maltrata la piel. Los trabajos de jardinería han de ser constantes. No siempre hay un Mercadona cerca. El silencio puede ser aterrador, lejos de la tranquilizadora contaminación acústica de la capital.
Además de la creación de una auténtica línea verde con su traslado a un territorio hostil, estos valerosos policías se acercan a los sitios que deben vigilar en muchas ocasiones por su trabajo, es decir, se llevan trabajo a casa al transformarse en topos. Están ahí, como hemos visto, para contener otras construcciones que pudieran estar justo ahí también, pero se introducen en el cuerpo del propio enemigo como los anticuerpos que salvan a un organismo tras perseguir un virus. No dudan en poner en peligro sus propias vidas, no dudan en llevar su labor más lejos de lo que sus propios superiores les han pedido, más allá de cualquier límite imaginable. Son, en esencia, auténticos héroes.
Por eso pedimos desde El Perol Sideral que se les conceda la Cruz de Hierro al mérito militar, la medalla de San Rafael, el sultanato de la Federación de Peñas y el Óscar a la mejor película extranjera.
Por supuesto, el diario ABC se ha lanzado a la yugular del equipo de gobierno municipal de una manera precipitada, puesto que no sólo sortea con vehemencia la presunción de inocencia sino que ignora deliberadamente el carácter de servicio público de estos policías municipales, cuyas intenciones son evidentes para cualquiera que no tenga el espíritu emponzoñado por el odio partidista.
La adscripción de los agentes a la Unidad de Disciplina Urbanística y en concreto a la Línea Verde -un servicio que recibe las denuncias ciudadanas sobre medio ambiente, incluidas algunas relacionadas con parcelas ilegales- no es baladí. Tanto el diario ABC como aquellos que por rencor o un carácter ultraconservador observan en estos sucesos una falta grave, harían bien en aclarar una mirada miope, astigmática y cansada por el rencor acumulado en torno a un iris y a una retina que se pueden calificar como malintencionados en esta especie de metáfora que estamos utilizando para describir unas acusaciones, permítannos decirlo, algo fascistas.
Estos policías municipales de Córdoba que están siendo acusados injustificadamente han cometido una falta, de acuerdo, pero esa falta procede del exceso de celo, de llevar su cometido más allá de lo habitual por su vocación de beneficio al ciudadano.
Con la construcción de chalés en ese tipo de lugares, los policías logran desarrollar un cordón que protege la zona. En efecto, las casas de los agentes crean una verdadera línea verde que impide que allí edifique una persona con aviesas intenciones. Así evitan que otros ocupen un espacio previamente ocupado por ellos: se trata de un sacrificio. ¿Quién en su sano juicio se haría un chalé en las afueras? Sí, es más barato y espacioso, pero suele contener muchos más problemas que ventajas. En los días estivales no ha concluido su canto la cigarra cuando la sustituye el grillo. Los mosquitos y tábanos apenas se han ido cuando llegan las lluvias o las hojas de los árboles que obstruyen la fosa séptica. El cloro de la piscina enrojece los ojos y la intensidad de los rayos ultravioleta maltrata la piel. Los trabajos de jardinería han de ser constantes. No siempre hay un Mercadona cerca. El silencio puede ser aterrador, lejos de la tranquilizadora contaminación acústica de la capital.
Además de la creación de una auténtica línea verde con su traslado a un territorio hostil, estos valerosos policías se acercan a los sitios que deben vigilar en muchas ocasiones por su trabajo, es decir, se llevan trabajo a casa al transformarse en topos. Están ahí, como hemos visto, para contener otras construcciones que pudieran estar justo ahí también, pero se introducen en el cuerpo del propio enemigo como los anticuerpos que salvan a un organismo tras perseguir un virus. No dudan en poner en peligro sus propias vidas, no dudan en llevar su labor más lejos de lo que sus propios superiores les han pedido, más allá de cualquier límite imaginable. Son, en esencia, auténticos héroes.
Por eso pedimos desde El Perol Sideral que se les conceda la Cruz de Hierro al mérito militar, la medalla de San Rafael, el sultanato de la Federación de Peñas y el Óscar a la mejor película extranjera.
7 Comments:
Ya solamente falta descubrir que el concejal ecologista Curro Cobos vota en el pleno a favor de la legalizacion de las naves de Colecor.
Si vota a favor de Sandokan pido que también se le conceda la cruz de hierro o el toison.
¿Y lo horrorosa que es la construcción de esos chaletes? Fíjense en las fotos: paredes sin enlucir con las bovedillas al aire, alambrado de campo de concentración, barrizales por calles, postes de la luz de aldea guatemalteca, y un cateto etcétera. Fíjense, fíjense, un horror estético. (¿Habrá diseñado Cuenca la barriada?) Otro paréntesis (¿para cuándo un post sobre Cuenca, dilecto Dr. Perol?).
Ahora, eso sí, es de loar la nominación al Óscar a la mejor película extranjera.
Ahora también el escolta de Rosa Aguilar se añade al lote. Lo que es impresentable es que esta señora insista en que se aplique la ley como a todos los ciudadanos, insistiendo en la igualdad de los policías con un ciudadano normal, al margen de su trabajo.
Incluso ha hecho referencias a que un periodista del propio diario ABC había pedido información para hacerse una casa en la misma zona. Ojo, ha pedido información y la alcaldesa lo equipara al hecho efectivo de hacerse la casa.
De momento la alcaldesa no dice nada sobre la contradicción de que los propios policías que han de impedir las parcelas sean quienes se la hagan. Tiene que haber una falta como todos los ciudadanos por la ilegalidad, claro, pero al margen el cuerpo de policía ha de tomar medidas ante algo que se puede llamar de muchas formas, desde corrupción a negligencia.
No soy Cordobés. Ni siquiera conozco mucho esta ciudad. Pero me gusta su forma de describir lo que acontece allí. Tiene un estilo muy ameno, haciendo uso de un humor bastante placentero.
Es la primera vez que visito su blog y ya me ha hecho agregarle a mi resumida lista de Favoritos.
Un saludo de un joven de 23 años de Mérdia, España.
Y gracias.
DoctoR Perol próxima personalidad....ja, ja, ja (perdone que me ría que no va por usted) en los encuentros digitales de diario Córdoba. Ya veo su foto sidero-digital en cada post anunciando la buena nueva.
PD. No conteste las preguntas que le toquen los fogones aunque los tenga para hacerlo.
Para cuándo el definitivo desenmascaramiento del cordobesismo progre?
Chien Anadalou
Me permito recomendar un libro casi secreto: La escritura visual de Córdoba. Gramática de un imaginario colectivo, de Antonio Urquízar Herrera y Noemi de Haro García.
estudio publicado de manera insólita por el Ayuntamiento de Córdoba, y que sin duda no ha alcanzado la difusión que se merece.
En los agradecimientos cita -como no podía ser de otra manera- a El Perol Sideral.
Chien Andalou
C
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