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La alcaldesa de Rosa, Córdoba Aguilar, ha sido una de las elegidas como finalista para el concurso mundial de Alcaldes organizados por los (pérfidos) ingleses de City Mayor, lo que se puede ver en worldmayor.com.

Los requisitos que han de cumplir estos dirigentes son sencillos:

a) Tener buenas habilidades administrativas.- Ahí Alcaldesa Córdoba se muestra imbatible. Para ello utiliza la técnica BMX, una técnica de gran prestigio entre las mujeres nacidas entre el 50 y el 60, y más si son madres. El BMX, como recordarán aquellos que se dejaron los piños en el duro asfalto cordobés, era un deporte de bici de esos de hacer filigranas por los aires con el objeto de empotrarse ora contra un muro ora contra el piso. La estrella de las modalidades de bicicleta era la BH California, digna heredera de la Motoretta y la Motoretta 2, dos bicis muy manejables para pesar 700 kilos, más de la mitad pertenecientes a un sillín kilométrico y ortopédico, adjetivo éste muy utilizado entonces, al igual que guay. Su competidora era la G.A.C. Akimoto. Un niño llegaba a casa y decía “omá, quiero una California, la amarilla con ruedas azules”. Y la omá, con la sabiduría que sólo puede dar una tierra donde han vivido eruditos como Séneca o Maimónides o más recientemente el académico Enrique Ponce, le decía: “claro que sí, jomío, cuando saques todo sobresaliente”. El niño, que iba aprobado raspado en todo, no tenía la más mínima oportunidad, hasta que el furor de esas bicis había pasado y la madre se la compraba mucho más barata. Pero claro, eso estaba desfasado al poco tiempo y el niño, ya con voz de barítono salpicada de gallos, quería una Puch Cóndor, bella motocicleta de líneas suaves y artísticas que emitía un sonido melódico equivalente al trinar de diez mil verderones adiestrados por la musa Aedea. Sólo la Rieju de motocross color verde era capaz de competir con tan magna obra de arte del motor. De la misma forma, Rosa Córdoba, madre de la ciudad y de los cordobeses, impide también el derroche. No se hacen grandes proyectos hasta que todo esté sobresaliente, perfecto. Entre tanto no hay un duro para pegos ni una primera piedra ni para ampliaciones de palacios ni para el aeropuerto del sur. A estudiar, niñatos. Eso sí, aquí se lo va a poner muy difícil Martín Chaves, el alcalde de Albuquerque. Cuidadito señores con Martín Chaves, que las mata callando.

b) Ser capaz de ofrecer seguridad y estabilidad.- Aquí está más complicada la cosa para Aguilar Alcaldesa. Por una parte hay bastante seguridad. Es casi seguro que la mayoría de jóvenes cordobeses tendrán que irse fuera para buscar estabilidad, puesto que los índices de paro resultan alarmantes. Ahí se unen ambos conceptos: seguridad y estabilidad. Pero si nos centramos en la estabilidad hay que quitarse el sombrero. Lo cierto es que muy poca gente se cae por las calles una vez los yonkis que poblaban los solares fueron desapareciendo. Personalmente he visto bastante estabilidad en ese punto, salvo por la noche. Pero claro, por la noche es seguro que habrá tambaleos, por lo que nuevamente se unen los dos conceptos. Pero qué excepcional alcaldesa. Aquí sí va a contar con una gran competencia. Vemos en la pole a Hiroshi Nakada, alcalde de Yokohama, que conoce los rudimentos del kung-fú y por tanto posee gran estabilidad y se puede procurar seguridad a sí mismo y a los suyos. También va a estar ahí Helen Zille, de Cape Town, en Sudáfrica, que todos sabemos cómo las gasta.

c) Proteger el medio ambiente.- Aquí ya no hay rival. La Ciudad de las Tres Inculturas se destaca por una política innovadora en el campo del medio ambiente, al protegerlo dejándolo sepultado en cemento. Esta capa protectora de cemento, que se puede observar tanto en los jardines de la capital como en muchas zonas de la sierra, donde además escrupulosos policías del área de Disciplina Urbanística han realizado en los últimos meses un taller de demostración, se convierte en un caparazón ecológico que impide que los rayos ultravioleta, los rayos gamma, los rayos láser, los pisotones de los viandantes o el humo de los coches dañen la naturaleza que queda debajo, a salvo gracias al hormigón. La medida más vanguardista en ese aspecto está por llegar. Para que no le pase nada malo a la rosaleda de Los Patos se le va a poner encima una biblioteca, combinando cultura y protección del entorno. Puede haber algo de competencia por parte del alcalde de Bremen, Jens Börhnsen, ya que uno de los cuatro músicos de allí, el burro, está en peligro de extinción y eso viste mucho en tiempos de corrección política.

Todos debemos de hacer piña en torno a nuestra alcaldesa, Rosa Aguilar, votando para ello masivamente al 6666 y poniendo en el mensaje POLITONO PEROL SIDERAL. Córdoba tiene que volcarse con esto o seremos siempre una mierda de senequistas y no tendremos derecho a quejarnos ni a nada, que si fuera sevillana ya… yo qué sé, es que hasta me pongo de mala leche. Pero si fuera sevillana ya estaría en la Onu o en el Vaticano fijo, que no son nadie los sevillanos para lo suyo, qué va.