domingo, diciembre 25, 2005

Boñiga 21

La ministra de Cultura, Carmen Calvo, vendrá el tres de enero a presentar la cubierta que se colocará en el Puente Romano para suavizar el impacto que suponen las obras de remodelación de este monumento. Dicha cubierta acompañará a la recientemente inaugurada “Melchor Voyeur”, de Luis Gordillo, situada con el mismo fin en la Puerta del Puente. En esta ocasión se ha escogido una escultura del prestigioso autor Jean Paul Aguarrás, realizada en materiales volubles, concretamente en mierda.

“Utilizo siempre mierda de una pureza extraordinaria”, ha declarado el artista de origen cordobés y de nombre original Rafael Martínez, antes de adoptar el seudónimo por el que se le conoce. “Mi propósito es crear una realidad paralela. La plasta colosal simboliza el encuentro entre el desperdicio que supone toda existencia con el deseo de renovación que representan las obras del Puente Romano”. La obra en cuestión se titula Boñiga 21, y está fabricada mediante bosta de vaca, oveja y cabra. “Todas las razas que hemos empleado son autóctonas, de ganaderías de Los Pedroches”, ha explicado Aguarrás.

La mierda inmensa rodeará al Puente Romano, formando una especie de mojón envolvente que lo oculte, transformándolo así en un gigantesco excremento. Carmen Calvo, en declaraciones para El Perol Sideral, ha indicado que con esta iniciativa “pretendemos fomentar el arte contemporáneo en Córdoba, donde en unos años habrá un diálogo constante entre las dos orillas, la de la Mezquita y la Judería, y la del Palacio del Sur y el Museo de Arte Contemporáneo”.

Durante el transcurso de las obras, los trabajadores deberán llevar máscaras anti-gas y potentes focos para realizar la labor de remodelación del monumento. “Los pequeños inconvenientes que supone la instalación de esta mierda se compensan con la ocasión de hacer de la ciudad un referente artístico”, ha declarado el arquitecto del proyecto de remodelación, Juan Cuenca.

Las dimensiones de la deposición escultórica preocupan a los vecinos de La Ribera y del Campo de la Verdad, que han pedido una reunión urgente con la alcaldesa, Rosa Aguilar. Sin embargo, Aguilar ha insistido en que “tras los estudios realizados por los técnicos del Ayuntamiento, el olor de la mierda elefantíaca no se notará debido a la intensidad habitual de la fetidez del río y las zonas adyacentes”.

Esta escultura fecal ha sido moldeada por las propias manos del escultor, que ha empleado tres años de trabajo hasta su conclusión. “Durante ese tiempo, el contacto con la cacota me ha llevado a un profunda reflexión acerca de los que se suele conocer como vida interior”, ha manifestado Aguarrás, que espera que su obra dé a conocer las tendencias de vanguardia en la ciudad: “Córdoba tiene un soberbio patrimonio artístico, pero hasta el momento le faltaba quizá una mierda contemporánea de este calibre”. El prestigioso escultor ha indicado que en su próxima obra, apenas esbozada, empleará de nuevo heces autóctonas, aunque en este caso humanas: “He comprobado en los últimos meses que el material resultante de mezclar excrementos de peñistas y de miembros de la cúpula de Cajasur resulta tan maleable a la hora de trabajar como indestructible cuando se seca y asienta”.

martes, diciembre 20, 2005

Racismo nanay

Pufff, menos mal que Rosa, nuestra Rosa, se ha llevado el centro social de la Federación de Asociaciones Culturales Cristianas a otro barrio, donde podrán hacerse un montón de actividades para el pueblo gitano. Aquí convivimos con los gitanos todos los días, y no hay racismo alguno pese a lo que digan, vamos, que digan lo que quieran, pero que de racismo nada, nanay. Lo que pasa que esa federación, Facca creo que se llama, se iba a convertir en un sitio que a lo mejor atraía a gente de la droga de los alrededores, que entre los gitanos, igual que entre los payos, oiga, también hay mala gente y buena gente como en todos lados. Pues eso, que lo mismo venían los de las drogas, que entre ellos hay muchos gitanos, no porque lo digamos nosotros, sino porque –dé una vuelta por el barrio- hay muchos de verdad, claro que a veces están marginados y no pueden hacer otra cosa, pero que eso es así. Y el caso es que como la casa de la Facca esa, que me parece que en gitano significa navaja, que también el nombre se las trae (podían haber puesto otra cosa), pues que en la casa de la Facca esa iba a haber mucho gitano, y como entre ellos se llevan muy bien y hay muchos lazos familiares, al final lo mismo, casi seguro, se terminaban atrayendo a los que se dedican a la droga, que hay muchos, aunque claro que no son todos. Pero que al final, y eso es lo que temíamos los vecinos, lo mismo empezaban a venir que si los de la droga, que si el navajeo, que si tal, que ya se ve lo que pasa unas calles más para allá, e igual día sí día no íbamos a tener problemas, que tenemos niños que juegan y no se puede estar todo el rato vigilando, eso no es vida. Y como el barrio –que sí, que tiene sus problemas- es tranquilo, porque los vecinos somos gente humilde y trabajadora, pues lo que no queríamos es que esto se llenase de gitanos de esos más problemáticos, que al final, aunque son bastantes, también es cierto que pagan justos por pecadores, y que hay muchos gitanos también honrados, porque aquí hay familias de gitanos que jamás se han metido con nadie y vivimos en paz. Así que de racismo nada, lo que no puede ser es que pongan el centro de la vaca esa y esto empiece a llenarse de chavales drogándose y de gitanos liando la traca, que al final, aunque hay familias de gitanos honradas, ya sabemos como se comportan la mayoría, que si el burro por las escaleras que si el mangoneo. Y no hay derecho a que esos gitanos honrados paguen por lo que hacen unos pocos o la mayoría, y que en contra de ellos no tenemos nada, sino en contra de los gitanos de los otros, que si no fueran gitanos también protestaríamos, pero el caso es que son gitanos, y eso no lo decimos nosotros, es que lo son. Así que un centro de la vaca esa para que se droguen que se lo ponga la alcaldesa debajo de su casa, y que los gitanos le vayan a tocar las palmas, que aquí queremos vivir en paz y bastantes problemas dan los putos gitanos de los cojones, que sí, que no son todos chorizos pero que me da igual, como si lo fueran, porque cada uno de los chorizos vale por dos. Así que la gentuza esta de mierda a tomar por culo, a la Torrecilla, que allí podrán hacer lo que quieran y dedicarse a tocarse los cojones, y ya puestos a ver si cunde el ejemplo y el resto de gitanacos que hay por aquí y están todo el día dando el puto por culo se van allí también, porque racistas no somos, pero hasta el coño de los gitanos de mierda sí que estamos. Y no le digo nada de los moros porque me cago en la hostia santa ya.